Santos Inocentes: El Eco de Acosta Ñu

 

Santos Inocentes: El Eco de Acosta Ñu


Cada 28 de diciembre, el Día de los Santos Inocentes nos recuerda a aquellos niños que, según la tradición cristiana, fueron sacrificados por orden del rey Herodes. Pero más allá de esta historia bíblica, en Paraguay, este día resuena con otro episodio trágico: la batalla de Acosta Ñu, donde cientos de niños mártires entregaron sus vidas durante la Guerra de la Triple Alianza.

El 16 de agosto de 1869, en los campos de Acosta Ñu, un ejército formado por adolescentes y niños paraguayos enfrentó con valentía a las fuerzas aliadas. Vestidos con harapos, armados con machetes y palos, estos pequeños guerreros defendieron su patria con un coraje que desafió la lógica de la guerra.

El sacrificio de estos niños no solo fue un acto heroico, sino un símbolo de la resistencia y el amor incondicional a su tierra. Sus voces aún parecen susurrar entre los árboles de Acosta Ñu, donde cada año se honra su memoria.

En el Día de los Santos Inocentes, el paralelismo entre ambas historias es inevitable. Los niños de Belén y los de Acosta Ñu comparten la misma inocencia truncada, la misma injusticia que los convirtió en mártires.

Este día nos invita a reflexionar sobre la fragilidad de la infancia en tiempos de conflicto. Nos recuerda que, a lo largo de la historia, los más pequeños han sido víctimas de la ambición y la crueldad de los poderosos.

El eco de Acosta Ñu y el lamento de Belén son lecciones eternas que nos exigen proteger a los niños, garantizar sus derechos y construir un mundo donde su inocencia nunca más sea sacrificada.

Hoy, el Día de los Santos Inocentes no es solo una fecha para bromas, sino una jornada para honrar la memoria de aquellos que, con su corta edad, dejaron una huella imborrable en la historia de la humanidad.

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