La reciente controversia sobre la cooperación antidrogas entre Paraguay y la Administración de Control de Drogas de Estados Unidos (DEA) ha captado la atención internacional. Aunque inicialmente se anunció el fin de esta colaboración, el gobierno paraguayo decidió dar marcha atrás y reafirmar su compromiso en la lucha conjunta contra el narcotráfico.
El conflicto surgió tras una nota enviada por la Secretaría Nacional Antidrogas (Senad) a la DEA, informando el cese de cooperación en la Unidad de Investigación Sensible (SIU). Sin embargo, esta decisión no fue comunicada oficialmente en Paraguay, sino que se conoció a través de un artículo publicado en un medio estadounidense. La reacción fue inmediata y generó incertidumbre en distintos sectores.
En una conferencia de prensa, el ministro del Interior, Enrique Riera, explicó que la intención del Gobierno nunca fue romper lazos con la DEA, sino reestructurar el eje de trabajo. Según Riera, el programa SIU pasaría a ser coordinado directamente con la Policía Nacional, mientras la Senad concentraría sus esfuerzos en otras áreas prioritarias.
El programa SIU ha sido un pilar fundamental en la lucha contra el narcotráfico desde su implementación en 2010. A través de esta unidad, la Senad, la Policía Nacional y el Ministerio Público han colaborado con la DEA para desarticular importantes redes criminales y fortalecer las capacidades operativas locales.
El Gobierno justificó la decisión inicial argumentando una optimización de recursos humanos. Se buscaba redirigir a los agentes especializados hacia tareas estratégicas dentro de la Senad, maximizando su impacto en las operaciones antidrogas nacionales.
Finalmente, tras un análisis detallado y diálogos con la DEA, el Ejecutivo paraguayo decidió mantener vigentes los acuerdos de cooperación. Esta ratificación refleja el interés de ambas partes en continuar trabajando de manera conjunta para combatir el narcotráfico en la región.
La cooperación entre Paraguay y la DEA es clave para enfrentar los desafíos transnacionales del narcotráfico. La decisión de fortalecer esta alianza no solo beneficia a ambos países, sino que también envía un mensaje claro sobre el compromiso de Paraguay en la lucha contra el crimen organizado.
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