Historias de mi barrio en Asunción, Paraguay


Historias de mi barrio en Asunción, Paraguay


El 6 de enero, Día de Reyes, siempre ha sido una fecha especial en los barrios de Asunción. Más allá de los regalos y la ilusión de los niños, este día encierra historias que han quedado grabadas en la memoria colectiva. Una de ellas es la del sastre Clementino Ocampos, un hombre humilde y trabajador que, con aguja e hilo, sostenía los sueños de su familia.

Cuenta la historia que, en vísperas de Reyes, Clementino había terminado un traje impecable para un cliente que prometió pasar a retirarlo el 5 de enero. Con el dinero esperado, Clementino planeaba comprar un regalo para su hija, Ramona Belarmima. Sin embargo, el cliente nunca apareció, y con ello, los sueños de una pequeña niña se vieron frustrados.

Al amanecer del 6 de enero, Ramona corrió emocionada a su zapatito, esperando encontrar un regalo que nunca llegó. Con lágrimas en los ojos, se acercó a su padre y le dijo con inocencia: "Qué malos son los Reyes, a mí no me trajeron nada." Esas palabras quedaron clavadas en el corazón de Clementino, quien, entre tristeza y amor, decidió plasmar aquel momento en un poema.

El destino quiso que años más tarde, tras la Revolución del 47, Clementino y su familia emigraran a Formosa, Argentina, junto con muchos otros paraguayos que buscaban un nuevo comienzo. Fue allí donde un cantante, Martín Escalante, escuchó hablar de aquel poema que llevaba consigo el susurro de una historia real y desgarradora.

Martín pidió permiso para musicalizar los versos de Clementino, y así nació la canción "6 de enero", una melodía que desde entonces ha viajado de generación en generación, llevando consigo la nostalgia de un padre y el amor infinito hacia su hija.

En nuestros barrios, las historias como las de Clementino y Ramona son un reflejo de la resiliencia y el espíritu solidario que caracteriza a nuestra gente. Cada 6 de enero, no solo celebramos la llegada de los Reyes Magos, sino que recordamos que los pequeños gestos, como una poesía hecha canción, pueden trascender el tiempo.

Felices Reyes, y que nunca falten las historias que nos unen como barrio y como comunidad. ¡Hasta la próxima historia de mi barrio en Asunción, Paraguay!




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