Con gran entusiasmo y espíritu de integración, se celebró la Feria Gastronómica del Cabildo, un evento impulsado por la Oficina de la Primera Dama que reunió a diversas embajadas en un espacio dedicado al intercambio cultural y culinario. Esta jornada se convirtió en una auténtica fiesta de sabores, donde la gastronomía fue puente para el entendimiento y la hermandad entre pueblos hermanos.
El evento contó con la destacada presencia del Director General del CCR Cabildo, Aníbal Saucedo Rodas, y con los representantes diplomáticos de varios países hermanos: la Embajadora del Perú, María Antonia Ida Masana García; el Embajador del Estado Plurinacional de Bolivia, Rufino Pasquito Tarumbara; y el Embajador de México en los Estados Unidos de América para el año 2025, Dr. Esteban Moctezuma Barragán. Todos ellos fueron protagonistas en esta celebración del mestizaje y el diálogo cultural.
La Embajada de Colombia participó con un stand que brilló por su color, sabor y hospitalidad, ofreciendo una muestra representativa de la riqueza gastronómica colombiana. Arepas, empanadas, bandejas paisas, jugos tropicales y otros manjares típicos deleitaron a los asistentes, gracias al talento y dedicación de varios chefs compatriotas que con orgullo representaron la diversidad de nuestras regiones.
Durante la inauguración, el stand colombiano también fue escenario de una emotiva presentación artística a cargo de la pareja de ballet de la Asociación de Colombianos Residentes en Paraguay (ASOCOL-PY). Con un baile folclórico que evocó los ritmos tradicionales de nuestra tierra, los artistas recibieron calurosos aplausos y dejaron en alto el nombre de Colombia.
Más allá de los sabores, la feria fue una oportunidad para estrechar lazos entre naciones latinoamericanas, resaltando los valores compartidos de respeto, identidad y colaboración. La cordialidad entre los diplomáticos presentes reflejó un compromiso conjunto por fortalecer los vínculos culturales en un espacio abierto al público y cargado de simbolismo.
El encuentro demostró que la diplomacia también se construye desde la cultura, desde una arepa compartida o una danza que cuenta historias de resistencia y alegría. Fue una jornada en la que la comunidad se sintió más cercana, reconociéndose en las diferencias y celebrando lo que nos une.
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