La celebración de la Independencia de Cartagena de Indias volvió a encender los corazones en el Quincho de los Campeones este 15 de noviembre, donde la Fiesta de la Colombianidad reunió a compatriotas, amigos y diversas comunidades que vibraron al ritmo del orgullo tricolor. Fue una noche donde la historia, la música y la emoción se entrelazaron para recordar que la identidad colombiana une más allá de cualquier frontera.
La Asociación de Colombianos Residentes en Paraguay – ASOCOL-PY – encabezó este emotivo encuentro y extendió un mensaje de gratitud a todos los que hicieron posible que esta jornada se convirtiera en una verdadera celebración de cultura y memoria. Cada abrazo, cada canto y cada gesto de apoyo reflejó el sentido profundo de esta fecha emblemática para el pueblo colombiano.
Instituciones y aliados clave se unieron para dar vida a esta fiesta. La Cancillería Colombiana, el programa Colombia Nos Une, la Embajada de Colombia y el Consulado Honorario de Ciudad – representado por el Dr. Miguel Carrizosa – acompañaron y respaldaron la actividad, reafirmando el compromiso con la comunidad migrante. Asimismo, el Club Sport Colombia abrió sus puertas con generosidad, convirtiéndose en escenario de un encuentro cargado de emoción.
El apoyo también llegó desde liderazgos locales y aliados culturales. El concejal Wenerd Alexis Ocampos brindó su respaldo constante; Doña Fanny y Education for the World aportaron con calidez y dedicación; y Mauricio Álvarez, desde Boutique Tentación, elevó la elegancia del evento. La música inconfundible del Grupo Sabana Muisca fue el puente perfecto para traer a Colombia a cada corazón presente.
Una de las sorpresas más hermosas de la noche fue la presencia de múltiples nacionalidades: Venezuela, Ecuador, Paraguay, Francia, Alemania y más. La diversidad de banderas reflejó un mensaje poderoso: la cultura colombiana también es un espacio de encuentro e integración, donde la amistad entre naciones florece con naturalidad y emoción.
La dimensión espiritual y la seguridad marcaron un respaldo fundamental para el evento. El Padre Alcides Salinas Sosa ofreció su bendición y un mensaje de unidad que resonó profundamente en todos los asistentes. A su vez, el Comisario Edson Aquino y los agentes Lince garantizaron orden y tranquilidad con un trabajo impecable que permitió disfrutar cada momento en paz y armonía.
La noche cerró con la certeza de que esta Fiesta de la Colombianidad fue mucho más que un acto festivo: fue un homenaje a la libertad, al valor histórico de Cartagena y a la esencia de un pueblo que celebra su identidad donde quiera que esté. Así, entre música, aplausos y hermandad, quedó claro que el espíritu colombiano sigue vivo, fuerte y lleno de luz en cada rincón del mundo.
¡Que viva Colombia, que viva Cartagena y que viva la unión de nuestros pueblos!
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