Lanús vivió uno de los capítulos más brillantes de su trayectoria al conquistar, con autoridad y una exhibición memorable, el campeonato del fútbol argentino. La final disputada en el estadio Monumental se transformó en un espectáculo inolvidable para las más de 50.000 personas que presenciaron cómo el equipo granate impuso su carácter, su velocidad y su fútbol contundente para levantar un título que ya es parte de su identidad.
Desde los primeros minutos, Lanús mostró una propuesta sólida, dinámica y ambiciosa. El gol inicial de Oscar ‘Junior’ Benítez abrió el camino de una victoria que jamás estuvo en discusión. Con precisión en los pases, presión alta y una defensa impenetrable, el conjunto dirigido por Jorge Almirón comenzó a construir una actuación que pronto desencadenaría en una goleada histórica.
El segundo tiempo selló la supremacía del equipo. El paraguayo Miguel Almirón, con una jugada individual llena de talento, amplió la ventaja y terminó de quebrar el ánimo de San Lorenzo. Minutos más tarde, el eterno goleador José ‘Pepe’ Sand escribió su nombre una vez más en las páginas del club al marcar el tercero, mientras que Lautaro Acosta decoró el resultado con una definición que desató la euforia total en las tribunas.
Lo ocurrido en el Monumental no fue casualidad. Lanús había sido uno de los mejores equipos durante toda la temporada, liderando la Zona 2 con una campaña arrolladora en la que sumó 38 puntos sobre 48 posibles. Su orden, la madurez del plantel y la visión estratégica de su cuerpo técnico lo llevaron a dominar el torneo de principio a fin.
Este título representa el segundo campeonato nacional en la historia del club, un logro que reafirma el crecimiento sostenido de la institución en los últimos años. ‘El Granate’, fiel a su identidad, ha construido una cultura futbolística basada en el trabajo, el respeto por sus colores y la convicción de que los sueños también se conquistan dentro de la cancha.
Con figuras como Sand, Acosta, Monetti, Gómez, Marcone y Almirón, Lanús conformó un equipo equilibrado, talentoso y comprometido. La mezcla de experiencia, juventud y personalidad fue clave para alcanzar este nuevo hito que se suma a su palmarés nacional e internacional.
Lanús, fundado en 1915 y dueño del emblemático estadio La Fortaleza, celebró esta consagración con orgullo. Con su camiseta granate como emblema y una hinchada que nunca dejó de creer, el club escribió una página dorada que quedará grabada para siempre en la memoria del fútbol argentino.

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